Xiberua (tal como la llaman sus pobladores) o Soule (en francés) es el territorio de Iparralde más pequeño, menos poblado y más desconocido. Esta sociedad rural no ha conocido la industrialización y, en cuanto al turismo, todavía no ha desarrollado todos sus impresionantes recursos a través de servicios e infraestructuras. Como consecuencia, a veces parece que nos hemos adentrado en un mundo en el que la máquina del tiempo hace mucho que se paró. Encontraremos todas y cada una de las comodidades modernas, por supuesto, no estamos hablando de una reserva india, pero también costumbres, tradiciones y un modo de hablar y de vivir que no encontraremos en ningún otro lado. Hablamos de un territorio especial, diferente, donde muchas veces ni siquiera parece que estemos en Euskal Herria.

Los verdes parajes son impresionantes, y parece como si siempre hubieran estado ahí, como un territorio virgen desconocido para la mano del hombre durante miles de años; los caseríos tampoco son los típicos que estamos acostumbrados a ver, de tejas rojas, sino que sus tejados son grises o azules, más al estilo pirenaico… Los suletinos, ellos también, son bastante especiales, y en el norte del país suelen decir que forman una "raza" aparte, lo cual viviendo en este mundo globalizado tiene su mérito: mantienen una historia propia, espectáculos únicos como las pastorales y las mascaradas, una manera especial de cantar y bailar… Y, por último, ¿qué decir del zuberera o euskera suletino? Hay que venir hasta aquí para gozar de este precioso habla cantarín.