EN TORNO A TUDELA
Después de completar el círculo (26
km en total) en torno a la base militar y de haber vuelto por el
camino hacia Arguedas, tomaremos la carretera general a la izquierda,
para al cabo de 10 km comenzar a contemplar la capital de la Ribera.
En Tutera entraremos en el km 69 del itinerario,
y lo primero que veremos será el largo puente sobre el Ebro
y, por encima de todo, la silueta de la catedral. La ciudad, llamada
"Huerta de Navarra" por sus famosos productos hortícolas,
es la consecuencia del mestizaje de numerosas culturas y, por ello,
su laberíntica parte vieja sobre todo nos ofrece un impresionante
catálogo de monumentos, entre otros la que puede que sea
la plaza más bonita de toda Euskal Herria.
Después de visitarla, tomaremos dirección
Zaragoza y más tarde Tarazona, para seguidamente dirigirnos
hacia el aeródromo y Ablitas. Como veis, muchos cruces en
pocos kilómetros, así que estad atentos.
Según nos acercamos al pueblo, el paisaje dejará de
ser tan seco, y, después de atravesar la propia Ablitas (Parroquia
de María Magdalena, del s. XVI, y restos del castillo, del
s. XIII) en dirección a Cascante, llegaremos a 500 metros
a las inmediaciones de la Balsa de Lor, la cual primero iremos rodeando
y pronto llegaremos a su aparcamiento. Os recomendamos un agradable
paseo de 2-3 km en torno a él y así tener la oportunidad
de conocer las aves acuáticas que la pueblan y los curiosos
árboles que nacen de sus aguas.
Al ser una carretera tan llana, muy pronto comenzaremos
a adivinar a lo lejos la silueta de Cascante, la cual atravesaremos
primero en dirección a Tutera y luego hacia Cintruénigo
y Fitero. En esta población de origen romano podemos visitar
las iglesias de la Asunción (s. XVI), Victoria (s. XVI-XVIII)
y del Romero (s. XVII). A esta ultima podéis acceder a través
de una espectacular galería barroca de 39 arcos en pendiente,
que a la vez ejerce de hermoso mirador.
La carretera que nos conducirá directamente
a Fitero es de naturaleza semidesértica y, excepto por alguna
borda ocasional, nos aparece otra vez ese tipo de camino solitario
solamente roto por el pequeño lago que encontramos al principio.
Pasado el Embalse de Nava y atravesada la carretera general hacia
la derecha y luego izquierda, al cabo de unos pocos kilómetros
entramos en Fitero, a 19 km de Cascante.
En esta ciudad-frontera de pasado importante, destaca
el Monasterio de Santa María la Real, de 1140, la primera
cisterciense de la península; en ella son de destacar la
portada románica, el claustro plateresco, la cabecera de
la girola y la bóveda de crucería y estrellas.
Por último, para acabar de manera inmejorable
este itinerario, lo mejor es dirigirse a los famosos Baños
de Fitero y allí tomar un merecido descanso, a 4 km del pueblo
en dirección a La Rioja.
|
TUTERA
- TUDELA
La segunda ciudad de Nafarroa y capital de La Ribera ha jugado
un papel destacado en la historia, a causa de su estratégica
posición en el cruce de los caminos del Ebro y del que unía
Castilla con Francia. Este papel fue el resultado de la enriquecedora
convivencia entre las culturas judía, musulmana y cristiana,
que nos ha dejado como resultado, entre otras muchas cosas, su parte
vieja organizada a modo de laberinto.
RESUMEN HISTÓRICO
Aunque podemos encontrar restos prehistóricos y romanos
en Tudela, las primeras noticias oficiales que nos llegan de ella
son de la época musulmana, y nos cuentan que tenía
una gran mezquita, un zoco y una alcazaba, alrededor de las cuales
se organizaba el conjunto de casas, hasta que en 1119 fue reconquistada.
En los siguientes cuatro siglos, aunque cada uno en su barrio, las
culturas musulmana, cristiana y judía convivirían
sin problemas y, gracias a ello, convertirían a la ciudad
en un importante centro cultural, del que surgieron grandes personajes.
Por otra parte, ese espíritu liberal y foralista de la ciudad
ha quedado de manifiesto más de una vez, a saber, en la heroica
resistencia a la invasión castellana de 1512 o en las numerosas
trabas que le puso a la Inquisición. Los siguientes siglos
continuaría siendo un gran centro cultural (en 1773 se fundó
la Real Academia Económica de Amigos del Pueblo de Tudela),
pero, a su vez, tuvo que sufrir en gran medida las guerras del XIX
y XX. Por último, en la segunda mitad del siglo XX conoció
un nuevo despegue económico.
LO QUE HAY QUE VER
La Plaza de los Fueros constituye hoy en día el centro de
la ciudad y lugar de encuentro de los tudelanos, además de
unir la zona histórica con el moderno ensanche y ser, en
nuestra opinión, la plaza más bonita de toda Euskal
Herria.
Construida en 1687, fue plaza de toros entre 1700 y 1842, como
ponen de manifiesto las largas balconadas pintadas y adornadas con
escudos de los pueblos de Nafarroa. Por desgracia, el ver a su quiosco
central rodeado por numerosos automóviles no le hace ningún
favor estético a esta maravillosa plaza. Destacan en este
cuadrado la Casa del Reloj y, a un lado, la parroquia de Santa María,
el antiguo hospital de Nª Sª de las Gracias, del siglo
XVI.
Antes de adentrarnos en la Parte Vieja, dejando este último
edificio atrás y continuando recto pero en zigzag, encontraremos
en un parque junto a la calle Monteagudo el Monumento al Corazón
de María y la Torre de Monreal (seguramente, atalaya del
s. IX, reconstruida en el s. XX).
Ahora sí, retrocedemos y entramos en la zona histórica
de la ciudad, un verdadero laberinto de calles casi ninguna recta
salpicadas por todas partes por sorprendentes rincones y detalles.
El centro del laberinto lo ocupa la que forma la silueta de la ciudad,
la preciosa torre de la catedral, y, para llegar a él, debéis
tomar la calle Concarera en la plaza y girar a la derecha en la
Plaza de San Jaime.
LA CATEDRAL DE SANTA MARIA Y LA PARTE VIEJA
Comenzada a construir en 1168 sobre la antigua mezquita, hablamos,
en general, de una iglesia románica de transición,
una de las construcciones religiosas más destacadas de Nafarroa.
Tiene tres entradas: la primera y más importante es la del
Juicio Final (espectacular), luego viene la antigua de la Virgen
en el lado sur y, por último y al norte, la de Santa María.
El claustro románico con restos de la mezquita merece una
atención especial (fijaos en los adornos de los capiteles),
y en ella especialmente la capilla mudéjar de la Escuela
de Cristo, del siglo XV y realizada en el mismo lugar en el que
estuvo la Gran Sinagoga.
En las tres naves interiores podemos destacar el retablo mayor,
del s. XV (con unas cadenas ganadas en la batalla de las Navas de
Tolosa por el tudelano Sancho VII), entre las numerosas y hermosas
capillas la de Santa Ana, una impresionante capilla barroca presidida
por la imagen gótica de la patrona de la ciudad (fijaos en
la maravillosa cúpula), y, por último, el retablo
monumental de Santa Catalina.
Pero, además, no podemos dejar de citar estos otros elementos
en este rico templo: las capillas de San Joaquín, San Martín
(verja plateresca de hierro), "La Dolorosa" (retablo barroco),
del Espíritu Santo o de la Virgen de la Esperanza; la talla
de la Virgen Blanca, del s. XII, el mausoleo gótico de Villaespesa,
el maravilloso coro del s. XVI, el órgano barroco, los numerosos
trabajos en platería y así un largo etc.
En el exterior tenemos la imagen de la ciudad, una esbelta torre-campanario
del siglo XVII, construida sobre la anterior románica y hoy
en día refugio de cigüeñas. Pegado a la catedral
tenemos el Palacio Decanal (portada plateresca) y en la misma Plaza
Vieja el Ayuntamiento, del siglo XVI pero posteriormente reformada.
Por detrás de este avanza la Calle de la Rúa, la
antigua calle mayor, y a lo largo de ella iremos descubriendo entre
otras la hermosa Casa del Almirante, del XVI (justo detrás
del Ayuntamiento, con una portada plateresca en la que destacan
el alero y el balcón), a su derecha la Casa de Ibañez
Luna, del s. XVI, y la Iglesia de San Nicolás, un templo
barroco con un impresionante tímpano románico.
En la esquina de esta iglesia podemos girar a la izquierda por
la calle Seralta, y hacer lo mismo en el próximo cantón,
para así acabar en el espectacular conjunto de la Plaza del
Mercadal: la Parroquia de San Jorge, de 1618, con su retablo mayor
del s. XVIII, fachada manierista y portada con el escudo de Carlos
III, pegada a ella el Centro Cultural Castel Ruiz, del mismo año
(patio central de impresionante arquería), y más a
la izquierda el Palacio barroco del Marqués de Huarte, hoy
en día biblioteca con entrada por la posterior calle Herrerías.
Este último conserva un impresionante escalera imperial,
una cúpula artística, una armadura del siglo XVI y
otros muchos tesoros.
Podemos volver al Palacio Decanal por la calle Carnicerías,
y, dejando ésta atrás, topar con la mayor obra de
la arquitectura civil de Tutera, el Palacio del Marqués de
San Adrián (entre la calle Benjamín de Tudela y la
Plaza de la Judería), del s. XVI y estilo renacentista, con
sus aleros, su patio y su escalera principal entre otros elementos
de interés.
Si nos dirigimos al Ebro, a la entrada del largo puente de 17 arcos
todos diferentes podremos contemplar la magnífica Parroquia
de la Magdalena, del s. XII, con sus preciosas portadas central
y laterales, la torre románica, el retablo renacentista,
sus pinturas y su órgano barroco.
Por último, de paseo por los hermosos alrededores del río
Ebro, podemos acercarnos hasta el Monumento del Sagrado Corazón
de Jesús, que domina la ciudad, junto a los restos del castillo
de Sancho VII. Desde aquí podréis gozar de una magnífica
vista de Tudela y el río.
Territorio:
A Iruñea:
Altitud:
Población:
Vascoparlantes:
Extensión:
Densidad:
Fiestas: |
Nafarroa
94 km.
264 m.
26.461
%1
217 km2
128 hab./km2
El Volantín (Sábado santo)
La bajada del Ángel ( Domingo de Pascua)
Santa Ana (26 de julio) |

|