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La selva de Irati Donibane Garazi-Ezterenzubi-Iratiko txaletak-Otsagi-Auritz-Eaurta-Orbaitzeta

LA SELVA DE IRATI

Adentrarse en la Selva de Irati es adentrarse en el territorio más virgen y salvaje de todo el país, es conocer cómo eran nuestros viejos bosques, es empaparse de un mundo mágico. Irati constituye la Amazonia vasca, esto es, nuestro pulmón; a fin de cuentas, el fruto más dulce que nuestra tierra ha creado y todavía perdura.

Y es que este impresionante manto vegetal guarda en sus entrañas muchos de nuestros tesoros más preciados. En resumidas cuentas, podemos considerar que estamos delante de un milagro, porque tan milagroso es que Irati exista como que haya llegado a nosotros. Esperemos que las futuras generaciones tengan nuestra misma suerte.

LAS CARACTERÍSTICAS DEL MILAGRO DE IRATI

Aunque delimitar la Selva de Irati es un ejercicio complicado, dentro de sus 150 km2 que aproximadamente se extienden por Nafarroa, Nafarroa Beherea y Zuberoa, éstos serían sus límites: el monte Orhi y el collado de Ollokia al este, las cumbres entre el Orhi y el Mendizar al norte, la sierra de Abodi al sur y los claros entre los picos de Berrendi y Azalegi al oeste.

En el fondo de esta inmensa hondonada arbolada se encuentra el Pantano de Irabia, dominado por el Orhi, el primer dos mil del Pirineo, y rodeado por un incomparable hayedo y abetal, el segundo bosque en importancia de todo el continente y solamente superado por la Selva Negra centroeuropea. Irati marca incluso el límite occidental del abeto en Europa.

Si en el lado occidental de Irabia el haya es dueño y señor, en su parte oriental éste debe compartir el terreno con los esbeltos abetos, además de con muchos nogales y abedules. Por lo que respecta a la fauna, en el bosque viven jabalíes, corzos, liebres, ciervos, buitres y todo tipo de animales, aunque estos últimos años haya disminuido su población general por causa del turismo, la caza y las explotaciones madereras. De esta manera, hace ya mucho que desaparecieron de allí tanto el oso como el lobo. Si tenéis la suerte de acercaros en otoño, a últimos de septiembre o primeros de octubre, podréis incluso oír bramar a los animales en su época de celo.

Haciendo un poco de historia, los dos estados que lo circundan comenzaron a explotar el bosque en el s. XVIII con el fin de construir barcos, y a causa de ello sus recursos se vieron bastante mermados, agravados por el hecho de que dentro del bosque no hay frontera que valga, lo cual provocaba frecuentes conflictos. En 1865 los dos estados marcaron la frontera definitiva y mientras Iparralde se quedaba con un quinto del terreno el resto pasaba a manos de Navarra.

En el lado navarro peninsular, más cerrado y salvaje, se han conservado dos zonas en especial a causa de su riqueza natural: la Reserva Natural de Mendilatz y la Reserva Integral de Lizardoia. Este último guarda un bosque mixto de hayas y abetos que nunca ha sido explotado en el monte Zabaleta (La Cuestión).
Por último, tened en cuenta que el clima aquí es bastante húmedo, que las tormentas repentinas en verano son habituales y que por la noche refresca mucho. Ahora os ofrecemos una lista de cuatro lugares o rutas que podéis conocer o recorrer cada cual más bonito e, individualmente, algunos de los sitios más impresionantes de Euskal Herria- y que os darán una idea de la naturaleza de este maravilloso bosque.

LA CUEVA DE HARPEA

En palabras de L.P. Santiago, "en un sitio aislado que no lleva a ninguna parte, en una esquina perdida y aislada en la que se funden las dos Navarras, en un lugar al que solo llegan los que aman el silencio, la soledad, la hermosura y el viento sobre sus cabezas", solamente en un lugar así podríamos encontrar una cueva como la de Harpea.

En ese lugar, junto al riachuelo de Beherobia, un puentecillo de madera, unos muros de piedra y la borda de pastores, es donde se sitúa esta misteriosa cueva, delante de la cual mitad triángulo espectacular y mitad pliegue rocoso os quedaréis sin habla. Este es uno de esos fenómenos geológicos maravillosos que, además de ofreceros la contemplación de las tripas del monte Errozate, se quedan grabados en la mente durante muchísimo tiempo.

Además, si habéis bajado del Collado de Organbidexka hasta las últimas bordas en coche (ver itinerario), el llegar hasta aquí andando no tiene ningún misterio; simplemente, seguid el sendero que parte de las bordas durante 5 minutos. En seguida contemplaréis esta maravilla natural, que forma uno de nuestros paisajes más encantadores: entre dos impresionantes montes, como fondo de un riachuelo que descarga en cascada, os aparecerá el ojo de Harpea, el único rey que puede dominar semejantes vistas.

Si hacemos caso de las leyendas, en las calurosas tardes de verano las lamias solían salir a la entrada de la cueva y, sentadas en una roca, comenzaban a peinar su largo pelo; y no lo hacían de cualquier manera, sino con un peine de oro que entre los últimos rayos del día emitía unos destellos tan potentes como cegadores.

EL MONTE OKABE Y LOS CROMLECH DE ILLARRITA

El Okabe, además de sus 1.466 metros, que ofrecen una de las mejores vistas de todo Irati, esconde en sus faldas el conjunto de cromlech más importante de nuestra prehistoria: el de Illarrita. Estos círculos de piedra datados en la Edad de Bronce (800-300 a.C.) parece que eran antiguos monumentos funerarios erigidos en el lugar donde se incineraban y enterraban las vasijas con las cenizas del difunto.

Estas "huertas de gentiles" o "mairu-baratze", como se las conocía en la cultura popular, han estado desde siempre asociadas con la mitología vasca, en concreto con el enterramiento de esos míticos seres, y, aunque para la ciencia nos hayan llegado mas de 30, todavía se espera recuperar un buen número más.

Encuentren más o nos quedemos con las actuales, lo cierto es que los que conocemos forman un universo mágico a modo de santuario prehistórico al aire libre. La verdad es que, tanto contemplados de cerca como desde el aire, estos círculos que dejan sin habla al visitante forman un paisaje incomparable.

Si seguimos campa arriba, la cumbre plana y extensa del Okabe nos ofrecerá una colosal vista de Irati; desde todos los montes de Baja Navarra y Zuberoa hasta una buena parte de los picos de la Navarra peninsular: Orhi, Mendizar, Abodi, Errozate, Saiarre, Bizkartze… y una larga lista de montes que destacan entre el colorido manto vegetal de la selva.

ITINERARIO A PIE

Para llegar primero a Ilarrita y luego al Okabe, debéis empezar a andar en el Collado de Surzai (ver itinerario). Desde aquí (1.135 m.) comenzamos a subir por la colina que tenemos en frente según hemos venido, en concreto por un caminito que comienza a atravesar el bosque a nuestra izquierda. Si seguimos el camino, pronto saldremos del bosque y llegaremos al Collado de Ilarrita. La necrópolis del mismo nombre se encuentra a nuestra derecha, un poco más arriba.

Como os iréis dando cuenta, aquí lo habitual son las campas extensas y bastante llanas; incluso veréis, por sus huellas, cómo hay quien sube en 4x4 hasta la misma cumbre. Mientras visitamos los círculos de piedras (a unos 1.385 m.), lo único que hay que hacer es seguir las dichosas huellas o el cresterío que tenemos a la vista, mientras el paisaje de Irati se vuelve más y más hermoso.

La propia cumbre, redondeada, no nos quedará a la vista hasta el último momento, pero al llegar os daréis cuenta de que el esfuerzo (unas dos horas y media) ha merecido la pena. Os recomendamos que deis la vuelta a la cumbre, porque la vista es maravillosa por todas sus esquinas.

EL ORHI

Además de ser el primer dos mil del Pirineo (2.017 m.), el Orhi es el rey indiscutible de Irati. La creencia popular sitúa allí a la mítica diosa vasca Mari, además de a los no menos míticos Basajaun en sus bosques. También un viejo refrán suletino reza: "Orhiko Txoria, Orhin laket" (El Pájaro del Orhi es feliz en el Orhi), y no sin razón, ya que quien llega hasta aquí no puede sino sentir felicidad ante semejante maravilla de espectáculo natural. Esta montaña tan venerada por sus lugareños es capaz de ofrecernos uno de los paisajes más increíbles que podamos imaginar:

Tanto si miramos al sur como al oeste, nos aparecerá el extenso tapiz verde y morado de Irati, al norte el idílico paisaje de Zuberoa y al este una de las vistas más hermosas del cercano Pirineo (Auñamendi, La Mesa de los Tres Reyes, Atxerito…).

ITINERARIO A PIE

La ruta más fácil hacia la cumbre es la que nace del puente que une Nafarroa y Zuberoa, en el Puerto de Larrañe (ver itinerario). El camino empieza pasado el túnel (según venimos de Zuberoa) a la izquierda y sigue por encima de él hasta alcanzar pronto todo el cresterío. A partir de aquí no hay pérdida, ya que el sendero sigue el cresterío (unos metros más abajo para evitar el Oritxipia) por el lado sur.

El sendero es muy claro y muy fácil, ya que, si olvidamos unos 10 metros de piedra que encontraremos en pendiente, el resto aunque un poco duro al principio es bastante llevadero; finalmente, éste rodea la cumbre hacia la derecha y la última subida la realizamos por su cara oeste. Como veréis allí arriba, son un par de horas de esfuerzo que al final tienen una impresionante recompensa.

EMBALSE DE IRABIA

En medio de la Selva de Irati encontramos este viejo y curioso embalse rodeado por todas partes de arbolado, como una isla de agua en medio de un océano de vegetación, situado de tal manera que a través de él podremos acceder al corazón del bosque, ya que de no ser por los caminos que lo rodean nos sería muy difícil adentrarnos tanto entre el arbolado.

El embalse tiene una capacidad de 13,5 hm3, y su presa una longitud de 158 metros y una altura de 44, y si, lo miráis en un mapa, tiene la forma de un tridente con sus lados alejados entre sí.

Por lo que cuentan las leyendas, pudiera ser que los días de viento vierais al fantasma de la reina Juana de Labrit, a la que envenenaron en París y cuyos restos son paseados por brujas y lamias a través de lo que fueron sus dominios (es decir, la Selva de Irati). Por ello, en días de tormenta los aezkoanos optan por resguardarse en sus casas con el fin de que el fantasma no los haga desaparecer.

ITINERARIO A PIE

La ruta la comenzamos en las Cabañas de Irati, cerca de la ermita de Nª Sra. de las Nieves. Con el río a nuestra izquierda y el monte Zabaleta a nuestra derecha, nos dirigimos desde un aparcamiento por un camino mal asfaltado pero que a sus lados nos enseña gigantescos árboles de bosques nunca talados, hasta que a 6 km llegamos a la punta norte del embalse y continuamos a la izquierda del puente Egurgi. Si seguimos otra media docena de kilómetros en dirección sur, siempre con el embalse a nuestra izquierda, llegaremos hasta su presa y, entonces, lo que podéis hacer es cruzar la presa y tomar el precioso sendero que gira a la izquierda para dar la vuelta completa al embalse hasta el aparcamiento. Todo ello os llevará una media jornada.

OTSAGABIA

Otsagabia se encuentra en el punto de confluencia de los ríos Anduña y Zatoia, que a partir de aquí toma el nombre con el cual se conoce a todo el valle, Zaraitzu o Salazar. éste que vamos a conocer es su población más importante y, con su encantador toque pirenaico, uno de los pueblos más bonitos de todo Navarra y del País Vasco.

Además, es el portal de acceso a Irati más importante por su lado navarro, con lo que ya su visita se convierte en imprescindible. Si os gusta la naturaleza, convendría así mismo que os dierais una vuelta por su Centro de Interpretación de la Naturaleza. Abierto todos los días (excepto lunes a la mañana) entre abril y septiembre de 10:30 a 14 y 16:30 a 20 horas; el resto del año fines de semana y festivos de 11 a 14 y de 16 a 19:30. La entrada para adultos es de 1,20 €.

La iglesia que tiene las casas a sus pies es la de San Juan Evangelista, levantada en el s. XVI y parcialmente reformada varias veces en siglos posteriores; en su interior podemos apreciar los preciosos retablos renacentistas y barrocos.

De todas maneras, el encanto de Otsagabia, más que de un monumento u otro, parte de sus casas de piedra al estilo pirenaico, de sus trabajados dinteles y balcones, de sus empinados tejados de pizarra en tonos rojos, negros o grisáceos, de sus calles y cuestas empedradas, de sus puentes de piedra sobre los ríos, de las limpias aguas que dividen al pueblo en dos… en definitiva, de todo cuanto veis y apreciáis.

Son tantos detalles que convierten en una maravilla su visita, miles de detalles que invitan a pasear por sus calles… En 1794, en medio de la Guerra de la Convención, los franceses dieron fuego al pueblo, pero hoy en día se nos presenta más encantadora que nunca, sobre todo vista desde el cruce para desviarnos a Irati. En este mismo punto se encuentra un Calvario o Cruz de estilo plateresco de los siglos XVI-XVII, que nos sirve de protagonista de un fondo en el que destaca la iglesia sobre las demás construcciones.

LA ERMITA DE MUSKILDA

Tanto por la parte posterior de la iglesia (el camino antiguo) como por la carretera que asciende a la entrada del pueblo (ver itinerario), llegaremos a este famoso santuario que domina esta población como el resto del valle. Seguidamente, lo que atraerá vuestra atención será su curiosa torre, con un tejado cónico de pizarra negra, y también su portada románica, compuesta por cuatro arcos superpuestos de medio punto. Todos los años, el 8 de septiembre se celebra una romería a la que acuden muchísimas personas, entre otras cosas a disfrutar de los coloridos movimientos de los dantzaris del pueblo. Desde el mirador junto a la ermita, tenéis una magnífica vista.

Territorio:
A Iruñea:
Altitud:
Población:
Vascoparlantes:
Extensión:
Densidad:
Fiestas:
Nafarroa
85 km.
765 m.
701
%7
130 km2
5 hab./km2
Natividad de la Virgen (8 de septiembre)

 

 

 

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