«Presumes que eras la ciencia/ yo no lo entiendo así/ porque siendo tú la ciencia/ no me has comprendido a mí». (Soleá de la ciencia).

No hay conceptos ni categorías intocables, no hay verdad fuera de la Historia, de la lucha de sentidos y clases. Estamos con Jule Goikoetxea: ponemos los conceptos y las categorías a disposición de la emancipación. Y por ello, frente a sus «cuentos», nuestros «cantes».

Buscamos alternativas a la Norteconomía, ese fruto de la Ilustración que considera que Madagascar es como un reloj (Sampedro, siempre Sampedro) o el hombre es un champiñón (economía feminista, siempre economía feminista). Buscamos otra vereas a esa que marca una «ciencia» que ha definido de forma estratégica conceptos en favor de las clases dominantes, privilegiadas, explotadoras. Y en esa búsqueda hemos encontrado a Emmanuel Lizcano, las «metáforas que nos piensan» y sus “cuentecitas de los pobres”.

Para este autor, en las letras de los cantes flamencos, y en el modo en que se cantan, se expresa, se transmite y se recrea un modo de vivir, una manera de saber y una indagación sobre ese saber. El decir filosófico, el teológico, el científico o el mítico han alumbrado mundos que sin ellos no hubieran sido. Y cada uno se formaliza de manera diferente. De igual modo, para Lizcano, hay un mundo que solo ha sabido decirse en el cante flamenco, mediante la modulación vocal, el compás y la versificación (métrica y ritmo). Ole.

Ese mundo que solo ha sabido decirse en el cante flamenco se sitúa en los márgenes: de las ciudades y pueblos, de la escritura, de las clases sociales, de la ley estatal (“se prohíbe el cante”). Expresa un saber popular que la ideología de la “modernización capitalista” no ha podido destruir, a diferencia de otras muchas. Las gentes que se han expresado y se han sentido expresadas en el cante flamenco, en principio en Andalucía, y posteriormente en otros muchos lugares, constituyen una tradición cultural con una enorme conciencia del valor de sus saberes.

El flamenco, mediante metáforas, ha desplegado una crítica radical, sistemática y coherente de los rasgos característicos de concebir el conocimiento del mundo moderno en general, y, en particular, de la Norteconomía legitimadora del capitalismo, la denominada “ciencia económica”. La cultura popular que se expresa a través del flamenco realiza una inversión radical de los valores dominantes y su manera de entender el saber y el conocimiento.

«En la raíz de un olivo, yo escondí toda mi ciencia; y se la vino a encontrar; una gitanilla vieja.»

«En la raíz de un olivo yo escondía toda mi ciencia». Se invierte la identificación de lo valioso con lo superior (externo o foráneo) y lo no valioso con lo inferior (interno o propio).

«Y se la vino a encontrar una gitanilla vieja». Se invierte la situación, la condición y el sexo del sujeto del saber. Y, más allá de toda negación, se afirma la verdad de los márgenes y los abajos.

En las letras flamencas podemos encontrar el pensamiento económico de las clases populares andaluzas. En muchas de ellas, se ofrece una antítesis al proceso de modernización capitalista y a una de sus herramientas esenciales: la ciencia económica, la Norteconomía.

El pensamiento económico de las clases populares andaluzas - etzi.pm.